Julien de Casabianca vuelve a regalarnos arte en estado puro.
Lleva haciéndolo desde el día que se enamoró en El Louvre de una obra de Ingres.
Julien de Casabianca (The Outings Project) tiene una misión: la de derribar los muros de los museos y la de acercar el arte al pueblo; y no es la primera vez que saca obras maestras de la pintura a los muros de las ciudades.
La última proeza artística de Casabiancas es trasladar a una vieja pared de ladrillo en Memphis (EE.UU.) la maravillosa obra de “Au pied de la falaise” de William-Adolphe Bouguereau (1886). Una maravillosa recreación de la obra del siglo XIX, que, parece ser, será la primera de un proyecto de tres pinturas en total.